jueves, 31 de octubre de 2019

Ejemplo de análisis desde la Teoría de la Enunciación


(LOCO) TU FORMA DE SER - Jorge Serrano (Los auténticos decadentes)


Te vi llegar del brazo de un amigo
cuando entraste al bar y te caíste al piso,
me tiraste el pingüino, me tiraste el sifón,
estallaron los vidrios de mi corazón.

Te vi bailar, brillando con tu ausencia
sin sentir piedad chocando con las mesas.
Te burlaste de todos, te reíste de mí
tus amigos escaparon de vos.

y a mí me volvió loco tu forma de ser,
a mí me vuelve loco tu forma de ser.
Tu egoísmo y tu soledad
son estrellas en la noche de la mediocridad.
Me vuelve loco tu forma de ser,
a mi me volvió loco tu forma de ser.
Tu egoísmo y tu soledad
son joyas en el barro de la mediocridad.

Viniste a mí, tomaste de mi copa,
me sonreíste así, nadando en tu demencia.
No sabía qué hacer, te traté de besar,
me pegaste un sopapo y te pusiste a llorar.

Me vuelve loco tu forma de ser,
a mi me volvió loco tu forma de ser.
Tu egoísmo y tu soledad
son estrellas en la noche de la mediocridad.
Me vuelve loco tu forma de ser,
a mí me volvió loco tu forma de ser.
Tu egoísmo y tu soledad
son joyas en el barro de la mediocridad.


Análisis enunciativo (deícticos y subjetivemas, sobre todo)

Un enunciador masculino (señalado a través de deícticos como vi, me, , sabía, traté), se dirige a un enunciatario (señalado a través de deícticos como: tu, te, entraste, caíste, tiraste, burlaste, reíste, tus, vos, viniste, tomaste, sonreíste, pegaste, pusiste) relatándole su impacto el día que la conoce y sus sentimientos hacia ella a través de una serie de subjetivemas: volverse loco, estallaron los vidrios de mi corazón. Se arma una escena muy visual, en la que se configura el espacio de un bar. La ve llegar a ella desde lejos, para terminar junto a él, sonriéndole y tomando de su copa (viniste funciona como deíctico de lugar). En ese interín, ella se cae, le tira cosas, se choca con las mesas, se burla de todos, se ríe de él, él trata de besarla y ella le pega un sopapo y llora.
La escena ocurre en un tiempo pasado (deícticos de tiempo pasado: vi, tiraste, volvió, etc.), pero sus efectos son permanentes (deícitos de presente: me vuelve loco). El enunciador se enamoró de ella ese día (me volvió loco) pero sigue enamorado.
El enunciatario está construido a través de una gran cantidad de subjetivemas. Muchos de ellos tienen habitualmente una connotación negativa (egoísmo, soledad, sopapo, demencia), pero en este contexto están valorados positivamente gracias a otros subjetivemas (brillando, estrellas, joyas) que también aluden al mismo enunciatario, que se destaca del común de la gente o del medio, al que el enunciador le da una valoración negativa a través de subjetivemas tales como barro de la mediocridad, noche de la mediocridad).
Las acciones que se relatan en la canción (chocarse con las mesas, llorar) y los subjetivemas como demencia, hacen pensar que ella está borracha o tomó algo. A ella se la presenta como desconsiderada, incluso violenta (quizás por el alcohol): le tira cosas, se burla de todos, se ríe de él, le pega un sopapo.
De esa visión de las cosas también podemos ver qué enunciador se construye: un tipo que se enamora de una persona con características que mucha gente vería como negativas (los propios amigos del enunciatario, que se escapan), por lo tanto, un sujeto que se diferencia del medio que lo rodea, diríamos que no muy acomodado a lo habitual, distinto de los amigos de ella, capaz de enamorarse de una persona así, medio subida de copas, un poco violenta, desconsiderada. El enamoramiento es como un flechazo, está aludido a través de los subjetivemas estallaron los vidrios de mi corazón y volverse loco.
En cuanto a las modalidades, son todas declarativas y lógicas de aserción. Se da a conocer una historia que se presenta como verdadera, cierta. Como algo que ocurrió efectivamente ocurrió.


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